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Deuda pública sube en 32.000 millones en junio

La deuda pública que agrupa el conjunto de las administraciones del estado registró en junio un incremento del 2,5% respecto al mes anterior.

Al sumar 32.087 millones de euros más como consecuencia de la crisis del Covid-19, hasta un nuevo máximo histórico de 1.289.905 millones de euros.

De esta forma, la deuda pública se mantiene por encima del 100% del PIB, un valor que ya superó en mayo, según los datos publicados este martes por el Banco de España.

Con respecto a junio del año anterior, la deuda pública se ha incrementado un 6,8%, al sumar en un año 82.473 millones de euros respecto a los 1,207 billones de euros que registraba en junio de 2019.

De esta forma, la ratio de deuda pública sobre PIB se habría mantenido en junio por encima del 100% del PIB después de haber superado ya esta barrera en el mes de mayo.

Este incremento de la deuda en junio se debe al aumento del endeudamiento tanto del Estado, como de las comunidades autónomas, ayuntamientos y Seguridad Social.

Éstos han tenido que hacer un esfuerzo extra de gasto debido al impacto de la crisis del coronavirus, como consecuencia del establecimiento del estado de alarma el 14 de marzo y los reales decretos aprobados para paliar la crisis.

En concreto, la deuda de la Administración General del Estado marcó máximos históricos, junto con la de la Seguridad Social, que también está en máximos, pero el endeudamiento también creció en comunidades autónomas y en corporaciones locales.

Así, la deuda del Estado subió en junio en 32.091 millones de euros respecto al mes de mayo, hasta un máximo de 1,153 billones de euros, un 2,8% más, y respecto al año anterior repuntó un 8,3%, sumando más de 88.443 millones en los últimos 12 meses.

Deuda pública en las regiones

Mientras, la deuda pública de las comunidades autónomas también repuntó en junio, aunque menos que la del Estado, con un incremento respecto a mayo de 2.773 millones de euros, un 0,9% más, hasta los 304.855 millones.

En un año, la deuda regional ha crecido un 1,4%.

A su vez, las corporaciones locales elevaron un 2,5% su deuda en el mes de junio, hasta los 25.049 millones de euros, pero presentan una reducción interanual del 4,5%.

Por último, la deuda de las administraciones de la Seguridad Social se elevó en junio hasta los 68.855 millones de euros (8.831 millones más que el mes anterior) por lo que prosiguió en récord histórico.

A nivel interanual creció un 41,4%, sumando 20.162 millones de euros en solo un año.

Este repunte de la deuda se debe a los préstamos que ha concedido el Estado a la Seguridad Social en los últimos años para garantizar el pago de las pensiones.

Factura mensual supera actualmente los 9.800 millones de euros, pero en los meses en los que hay paga extra, ésta se duplica.

Banco de España

Según las estimaciones del Banco de España, en el escenario más moderado de caída del PIB por la crisis del Covid-19, la ratio de deuda pública se elevará en torno al 115% del PIB, mientras que en el más adverso podría superar el 120% del PIB.

La deuda pública cerró 2019 en 1,18 billones, el equivalente al 95,5% del PIB, por debajo del objetivo que se había marcado el Gobierno del 95,9% del PIB.

Para este año el Gobierno fijó una meta de reducción hasta el 94,65% del PIB, que sin embargo, como consecuencia de la crisis del Covid-19 se ha actualizado hasta elevarse la estimación al 115,5% del PIB.

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Fuente: Abc.es

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Deuda pública de España supera el 100% del PIB

La deuda pública está dejando un agujero en las finanzas notable en España debido a la crisis del coronavirus. El fuerte desequilibrio generado entre ingresos y gastos ha llevado a la deuda pública a alcanzar niveles que no se veían desde 1908, tras tocar el 101,4% del PIB.

Los datos publicados de mayo muestran un aumento de más de 20.000 millones en un solo mes hasta una deuda total de 1,258 billones de euros. De esta forma, la deuda que acumulan las administraciones públicas supera los niveles vistos durante y después de la anterior crisis y hay que remontarse más de un siglo atrás para encontrar unos niveles de deuda similares.

La fuerte caída de la actividad a la que se enfrenta España está generando una merma de los ingresos públicos, a la vez que se están disparando los gastos por la activación de los estabilizadores automáticos (prestaciones de paro, Ertes…) y del gasto discrecional para suavizar el golpe.

Ya se podía anticipar que el dato no iba a ser bueno, puesto que en los cinco primeros meses del año el déficit del Estado se ha duplicado hasta los 32.252 millones, en términos de PIB equivale al 2,88%, lo que representa un drástico aumento respecto a mayo de 2019.

Las estimaciones sobre el déficit público con el que terminará España este 2020 son muchas, pero todo hace indicar que el desequilibrio anual de las cuentas públicas podría estar entre el 10 y el 15%, lo que unido a una caída del PIB (el denominador en la ecuación deuda/PIB) de entre el 9 y el 15% -según el Banco de España-, podría disparar la deuda pública hasta niveles que superen el 120% del PIB.

La última vez que superó el 100%

La deuda pública alcanzó el 100,9% en el primer trimestre de 2015, cuando España ya estaba recuperándose de la crisis de deuda soberana que asoló parte de Europa (entre 2010 y 2012) con un crecimiento sólido, pero la tasa de paro aún se encontraba por encima del 20% (tiene un coste en prestaciones y merma los ingresos por cotizaciones y otros impuestos). Ese año, el déficit público aún fue del 5,2% del PIB, lo llevó a que la deuda creciese levemente.

Desde entonces y pese al crecimiento de la economía nacional, la deuda se ha movido relativamente poco. Los déficits públicos registrados con todos los gobiernos y una inflación que lleva años controlada, impiden que la deuda pública sobre PIB (se usa el PIB nominal para este ratio) haya caído de forma importante durante este último ciclo de crecimiento. El valor más bajo se registró en el cuarto trimestre de 2019 cuando cayó al 95,5%.

Pago de intereses

La nota positiva sobre todo este endeudamiento público es el reducido pago por intereses de la deuda, que a la postre es uno de los factores más relevantes para la sostenibilidad de la misma. El pago por intereses de la deuda se ha reducido desde el 3,5% del PIB en 2013 a poco más del 2% en 2019 y bajando. Mientras que el Banco Central Europeo siga apoyando a la deuda soberana con los vastos programas de compras de bonos en el mercado secundario, que están llevando los intereses que pagan todos los países por emitir deuda a mínimos históricos, la carga financiera de la deuda seguirá siendo reducida.

La intervención del BCE ha llevado a una buena parte de los países europeos (Alemania o Países Bajos) a recibir intereses gracias a los tipos negativos que presenta una parte relevante de la curva de rendimientos de la deuda soberana de estos países. Aunque en términos agregados estos países aún siguen pagando algo por la deuda (dentro del stock hay deuda emitida hace años cuando los tipos eran altos), el monto ha caído incluso por debajo del 1% del PIB.

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Fuente: Eleconomista.es

Banco Central Europeo

El BCE aumenta las compras de deuda en 600.000 millones

El Banco Central Europeo (BCE) demostró de nuevo que estos no son tiempos para titubeos y decidió ampliar el programa de compras de activos vinculado a la pandemia en 600.000 millones y extenderlo al menos hasta junio de 2021 ante la revisión a la baja de la inflación y el descalabro económico al que se enfrenta la zona euro.

Su presidenta, Christine Lagarde sostuvo que el BCE está “completamente comprometido” en “hacer todo lo necesario dentro de su mandato” para salir del bache.

La zona euro se halla en el peor trimestre que haya registrado cualquier serie histórica desde el nacimiento del proyecto europeo. La economía de los países de la moneda única se habrá desplomado un 13% entre abril y junio. Y eso que, de momento, lo peor ha pasado, por ahora. Porque las capitales no saben ni si habrá un segundo brote ni si la vacuna llegará en un tiempo razonable. En el peor se los casos, la economía podría despeñarse un 12,6%.

El BCE no quiere ningún paso en falso durante la actual desescalada. A la espera de un gran plan de recuperación comunitario, los países siguen endeudándose para afrontar el coste de la crisis sanitaria, la factura de las prestaciones de desempleo o las ayudas a sus empresas. Bruselas prevé, de momento, que la deuda vuele del 84,1% al 102,7% del PIB en el conjunto de la zona euro.

Programas de compras de deudas

Adelantándose al resto de instituciones europeas, Fráncfort lanzó el pasado mes de marzo el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés), cargado con una munición de 750.000 millones de euros. Durante la etapa de hibernación económica, se emplearon 234.665 millones, el 31% del total.

La rapidez en gastar cartuchos hizo temer a los mercados de que el programa no pudiera durar más allá de otoño, a pesar de que el BCE había dado señales de que, si era necesario, ampliaría el plan. Este jueves cumplió su palabra y acalló las dudas yendo más allá de lo previsto por los analistas al recargar la bazuca con 600.000 euros más.

En total, el programa de compra de deuda tiene ahora una potencia de fuego de 1,35 billones de euros, que se irán empleado hasta “al menos” junio de 2021 o, en cualquier caso, cuando el Consejo de Gobierno del BCE juzgue que la pandemia ha acabado. A partir de entonces, y hasta al menos hasta finales de 2022, los vencimientos de la deuda se seguirán reinvirtiendo.

En la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno del BCE, Lagarde justificó las medidas adoptadas en la necesidad de “apoyar la economía durante la reapertura gradual” y proteger “la estabilidad de precios a medio y largo plazo”.

Ante un desplome del PIB del 8.7% en 2020 que tardará dos años en remontar y una inflación que a finales de este año estará en el 0,3%, el BCE apuesta por otra oleada expansiva hasta haber apuntalado de nuevo la economía europea. Además de incrementar la potencia del PEPP, el BCE decidió seguir con el programa de compra de activos (APP, por sus siglas en inglés), de 120.000 millones de euros, y mantener los tipos de interés intactos.

“Independencia” del BCE

Lejos de dejarse amedrentar por la sentencia del Constitucional alemán, Lagarde reivindicó en varias ocasiones la “proporcionalidad”, la “eficiencia”, la “efectividad” o el “coste-beneficio” de las medidas adoptadas en el Consejo del Gobierno de la institución.

Lagarde mantuvo este jueves la misma actitud respecto a la sentencia de Karlsruhe que pone en cuestión el programa de compra de deuda del BCE: dijo que la pelota estaba en el tejado del gobierno y el parlamento alemán y no en el suyo. Eso sí, confió en que Berlín lo resuelva respetando la “independencia” del BCE, la “supremacía” del Derecho comunitario y la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

Las medidas del BCE dispararon la cotización del euro frente al dólar y se trasladaron de inmediato a los mercados de deuda. Italia y España, los dos países más afectados por la pandemia, han sido hasta ahora dos de los más beneficiados por el PEPP. Y todo indica que podrán seguir siéndolo.

Los analistas consideran que al incrementar la potencia de fuego del PEPP y dejar intactos los tipos de interés y otros programas, el BCE está haciendo una apuesta por un plan que destaca sobre el resto por su “flexibilidad”. De hecho, Lagarde lo definió como “temporal” y “orientado a objetivos” como “respuesta a la pandemia”.

“El PEPP sigue siendo una herramienta temporal y bien dirigida que puede explotar toda la flexibilidad posible en términos de tiempo, segmento de mercado y jurisdicción”, señala el ex secretario del Tesoro italiano Lorenzo Codogno. “Si la situación empeora, el BCE podría orientar las compras de deuda pública del PEPP hacia los países periféricos europeos”, recuerda el analista de M&G Wolfgang Bauer.

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Fuente: Elpais.com

Global epidemics and economic impact

Deuda pública se disparará a su mayor nivel por el coronavirus

La deuda pública será el gran recordatorio del impacto de la crisis del coronavirus sobre la economía española en más de un siglo.

“Para sostener las rentas que vamos a tener que garantizar en este periodo es evidente que nos vamos a tener que endeudar. Vamos a detraer recursos económicos a los jóvenes, a los niños y a los que están por nacer”, señaló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Porque lo cierto es que, incluso con una recuperación rápida, llevará años bajar el endeudamiento al nivel que había antes de que estallara la epidemia y los organismos y casas de análisis ya asumen que superará el 100% del PIB e incluso podría remontar hacia cotas próximas al 120%. Ello supondrá su mayor nivel en términos relativos desde principios del siglo XX, cuando la economía española aún engullía los efectos de las guerras coloniales que acabaron con la pérdida de Filipinas y Cuba.

Por el momento, Funcas ha estimado que la deuda pública puede aumentar desde el 95,8% del PIB que suponía en febrero de 2020, justo antes de que comenzara el confinamiento, hasta el 102,6%. Siendo la más optimista de las estimaciones hechas por el momento, supone que el pasivo de las administraciones superará el máximo alcanzado tras la crisis financiera de 2008 y el rescate bancario, cuando se disparó desde el 35,6% de 2007 hasta el 100,7% de 2014. Y significaría escalar hasta un nivel que no se alcanzaba, según la base histórica de deuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), desde 1908.

Deuda pública

Tras la guerra de Cuba y Filipinas, nuestro país asumió la deuda cubana y se disparó hasta el 123,61% del PIB en 1902. La economía arrastraba por entonces la depreciación de la peseta aprobada para encarar la crisis y una elevada inflación -que llegó hasta el 80% entonces.

Sin embargo, el nivel de deuda pública podría ser mayor ahora. “El aspecto más relevante de la economía que surja de esta crisis será que tendremos un mundo con un volumen de endeudamiento público global mucho más elevado, y con unas economías emergentes y en desarrollo mucho más frágiles. Habrá que ver cuáles son las consecuencias económicas y políticas de ello”, advierte la economista de Funcas, María Jesús Fernández.

Pese a ello, la patronal cree que el déficit se puede ir a una franja que va del 7,5% y el 11% del PIB y que Credit Suisse cifra en el 8,6% este año, una cantidad que, según calcula la entidad, estará muy próxima a las compras de deuda española que efectuará la institución, con algo más del 7% del PIB. «El BCE puede comprar próximamente en bonos el 6,7% del PIB de la Eurozona», reseña la entidad helvética. El papel del BCE es capital, ya que las compras de deuda supondrán un colchón a los planes fiscales de los gobiernos. Además, su acción es clave para suavizar los intereses a pagar por el Tesoro sin que las primas de riesgo se disparen, en un año en el que España, antes de que comenzara la epidemia, ya tenía que financiar 196.504 millones de emisiones brutas.

Todas las medidas que se aprueben se pagarán con deuda, ya que el Gobierno desecha aumentar los impuestos en un momento de recesión como el actual, porque ampliaría la destrucción de actividad. Todo lo contrario: Hacienda ha postergado los proyectos de creación de tributos a los billetes de avión y envases de plástico, además de los que tenía en la recámara para los presupuestos, con subidas de IRPF, Sociedades y al diésel que no entrarán este año.

Aplazamientos tributarios

Tampoco habrá bajadas tributarias, aunque como anunció la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hace unos días, su departamento estudia aplazar el pago de IVA y de retenciones de IRPF y de Sociedades que pymes y autónomos tienen que hacer en abril.

Además del aumento del gasto, que en total este año CEOE cifra en una horquilla que va de 25.000 a 30.000 millones de euros -incluyendo el incremento de las prestaciones por desempleo por la subida del paro, el alza en las nóminas a pensionistas y empleados públicos, además de las medidas desplegadas por el Gobierno-.

Impacto momentáneo

Sin embargo, la variable más preocupante es la evolución de la propia actividad. Cuanto más caiga la economía, mayor será el peso de la deuda sobre los hombros de una actividad maltrecha. En estos momentos, la deuda pública ya estaba en niveles récord históricos en términos absolutos, al ascender a 1.195.942 millones de euros. Cuánta más actividad se destruya, mayor será el peso que alcance la deuda.

Esta situación será común en la plana mayor de los países europeos, que alcanzarán niveles inéditos de pasivo en toda la Eurozona.

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Fuente: ABC.es