El empleo ha
rebotado con fuerza en julio. Ya en los dos meses anteriores se habían vivido
avances sobre el desplome de marzo y abril, pero estas ganancias estaban muy
lejos de lo que suele ser habitual en mayo y junio.
Julio, en cambio, ha
registrado unos números que mejoran con mucho los julios de años anteriores. La
Seguridad Social ganó 161.217 afiliados de media, en la mayor subida desde
2005. Y el paro, por su parte, se redujo en 89.849 personas, según los números
de los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social conocidos este martes.
A primera vista,
estos dos datos son buenos. Pero cabe un matiz muy grande: no son suficientes
para recuperar todo lo perdido por la pandemia. Julio, con 18,78 millones de
afiliados medios, todavía contó casi medio millón menos que en febrero, el
último mes que podría considerarse precovid-19.
Y si la comparación
se hace con la cifra de hace un año, la distancia es de casi 750.000 menos que
en el mismo mes del año anterior. El paro registrado, por su parte, cuenta con
3,77 millones de desempleados, 761.000 más que hace un año. “La situación de
partida era muy mala y es lógico el rebote”, ha explicado el secretario de
Estado de la Seguridad Social, Israel Arroyo.
El verano ha comenzado y el mercado de
trabajo está recuperando alguna de las constantes que suele mostrar, entre
ellas la estacionalidad del empleo veraniego.
La hostelería, la sanidad y el
comercio, las ramas de actividad que suelen ganar empleo en verano, lo han
hecho este julio. Pero, probablemente, mucha de esta importante ganancia de
afiliación en el mes pasado se deba a contrataciones retenidas en los meses
anteriores y que en circunstancias normales se habrían hecho antes.
Erte
Por su parte, en los ERTE todavía
había 1,18 millones de afectados el último día del mes pasado. La cifra está
muy lejos del máximo alcanzado a finales de abril y comienzos de mayo, cuando
se marcó el techo de 3,4 millones de afectados.
Sin embargo, en julio se observa
también que ha bajado el ritmo por el que las empresas empiezan a recuperar a
los trabajadores de estos expedientes. Si en junio la reducción fue de casi 1,2
millones en un solo mes, ahora la rebaja ha sido prácticamente la mitad, algo
más de 600.000.
Esta precisamente es ahora una de las
incógnitas a despejar para ver hasta dónde llega la recuperación iniciada. La
clave estará en ver cuántos de esos casi 1,2 millones de los que todavía están
afectados por ERTE regresan a sus puestos de trabajo.
También servirá para conocer la
magnitud final del golpe al empleo en actividades como el turismo, el comercio
o el transporte que todavía tienen a centenares de miles de trabajadores
afectados (solo en servicios de alojamiento y de comida hay unos 350.000) y en
provincias y comunidades como Baleares y Canarias.
No se salvarán todos. Eso parece
claro, aunque para saberse tenga que pasar tiempo y aclararse qué sucede con la
regulación especial (y las ayudas) que ahora tienen los ERTE.
En principio, hay una prórroga hasta
el 30 de septiembre y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya ha declarado en
más de una ocasión que son un mecanismo que funciona y no ve razón alguna para
dejarlo caer.
Banco de España
Sin embargo, ya empiezan a oírse
voces, como del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que
reclamó ir siendo más selectivos con las ayudas para no sostener artificialmente
“empresas y sectores zombie” y permitir el ajuste propio de toda crisis.
El contraste de estos números con los
de la encuesta de población activa (EPA) del segundo trimestre obedece a varios
motivos. Las cifras de este martes y la EPA conocida la semana pasada son
estadísticas distintas.
Toman la temperatura del mercado
laboral en momentos muy diferentes. Una lo hacía sobre el peor momento para la
actividad económica de la pandemia: la EPA es una encuesta cuyo trabajo de
campo se desarrolla durante 13 semanas y sus resultados se acercan más a lo que
sucedía en España a mitad de mayo que en este preciso momento.
Los datos de afiliación y paro son de
julio, primer mes en el que no hubo estado de alarma.
Otro de los elementos que refleja una
cierta vuelta a la normalidad es la cifra de contratos de julio.
Se supera con holgura los 1,5
millones y aunque es un dato mucho menor que el del mismo mes del año anterior
(casi el 30%) también supone una vuelta al alto flujo de contratos que se
firman todos los meses en España.
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Fuente: Abc.es