En nuestro artículo de hoy definiremos interés simple y compuesto y abordaremos las principales diferencias de ambos términos.
En economía es muy común que se tienda a confundir algunos términos, o que los mismos no entiendan bien o se expliquen por sí solos.
Sobre todo, cuando se trata de varios términos que hacen referencia a lo mismo, con distintos matices que básicamente son los que los diferencian.
Ejemplo de ello es el caso del interés simple y compuesto, ¿sabes cuál es cuál? El día de hoy definiremos y te presentaremos las diferencias entre ambos para que los entiendas a la perfección.
Qué es el interés simple
Entender el interés simple es bastante sencillo. Imagina que una persona te pide un préstamo y decides dárselo con un interés, el que sea. Cuando esa persona te devuelve el dinero, lo hace con los intereses, es decir, que en lugar de recibir lo que has prestado, recibes algo más por el uso del dinero.
Se podría entonces de esta manera que ese el interés simple. Dicho de otra manera, el interés simple es aquella cantidad de dinero que una persona, entidad o empresa te paga por haber usado durante un periodo fijo tu dinero.
Qué es el interés compuesto
En cuanto al interés compuesto, seguimos con otro ejemplo para que lo entiendas. Imagina que prestas un dinero a una persona, a un interés equis. Cuando llega el vencimiento, esa persona puede devolverte ese dinero que le has prestado, y además el interés, pero, ¿y si en lugar de quedarte con ese dinero lo que haces es volverlo a prestar, tanto el capital inicial como los intereses ganados? Cuando termine el periodo, recibirías ese nuevo capital e intereses, más unos nuevos intereses.
Es decir, el interés compuesto es aquella suma que va siendo más grande debido a que el interés de ese pago se agrega a ese capital de tal manera que vas invirtiendo más, pero también recibiendo unos intereses mayores.
Diferencias entre interés simple e interés compuesto
Ahora que ya conoces a que corresponde cada tipo de interés vamos a proceder a destacar sus diferencias.
El interés simple es un interés no capitalizable, es decir, no tiene ningún impacto en el dinero que inviertes al principio.
En cambio, con el compuesto la cosa cambia porque ese interés se suma al capital, haciendo que la inversión inicial sea mayor al final.
Mientras que el interés simple siempre se calculará sobre el capital inicial, sin que haya variación del mismo ni tampoco un incremento.
Todo lo contrario, a lo que pasa con el compuesto, que se va a calcular en base al capital final y va a aumentar y a incrementar el dinero inicial. En cualquiera de los dos casos, ambos son términos que refieren a una condición bajo el cual se sustenta un préstamo.