Nissan ha comunicado este jueves
por la mañana oficialmente al Gobierno su decisión de cerrar su planta en
Barcelona, lo que comportará el despido de unas 3.000 personas. El Ejecutivo
“lamenta” la decisión y ha propuesto al grupo japonés crear un grupo de trabajo
para buscar alternativas a las instalaciones.
La multinacional japonesa asegura
que, tras barajar las diferentes opciones que se han puesto sobre la mesa,
“creemos que no hay ninguna posibilidad viable de futuro”, según ha afirmado el
presidente de Nissan en Europa, Gianluca de Ficchy en una rueda de prensa.
Fuentes sindicales han explicado que,
en una breve reunión, de Ficchy, les ha comunicado la decisión. La previsión es
que la fábrica cierre el próximo mes de diciembre. Los centros afectados serían
los de la Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca, todos ellos
dedicados a la producción y donde trabajan 3.034 personas.
El grupo, sin embargo, prevé
incluir en las consultas al resto de centros, el de recambios de El Prat y el
logístico del puerto de Barcelona, donde trabajan algo más de 200 personas. Por
su parte, se mantendrán las fábricas de Ávila y Cantabria, que no están
vinculadas a la producción de Barcelona, bajo la enseña de Nissan.
El consejero delegado de Nissan,
Makoto Uchida, ha asegurado que se trata de “una difícil decisión” y la ha
enmarcado en la voluntad de recortar un 20% la capacidad de producción de la
compañía en todo el mundo, para producir cada año unos 5,4 millones de
vehículos. La rebaja busca una mejora de la eficiencia.
De Ficchy ha asegurado que los
problemas de la planta de Barcelona se han agravado en el último año a causa de
la baja producción que tenían sus instalaciones.
Impacto en Barcelona
Desde primera hora de la mañana
cientos de trabajadores de Nissan se han concentrado frente a la histórica
fábrica de la Zona Franca, informa Josep Catà. “Nos lo imaginábamos, pero es
muy duro. Somos muchas familias que nos quedamos en la calle”, explicaba esta
mañana Cristina Montero, que lleva 15 en la empresa. Los trabajadores han
cortado las calles de alrededor de la fábrica y han colocado sus coches y
neumáticos para impedir el paso de vehículos.
Pese a la noticia, el Ministerio
de Industria considera que las instalaciones catalanas podrían tener
continuidad si Nissan invirtiera en una nueva línea de producción y les fuera
asignado un nuevo vehículo eléctrico. Ese es el plan que presentó en el cuartel
general de Yokohama el Gobierno, en un trabajo compartido con la Generalitat y
el Ayuntamiento de Barcelona.
Para llevar a cabo el
desmantelamiento de la planta, la multinacional japonesa ha recuperado a Frank
Torres, antiguo director general de la compañía, según ha avanzado este jueves
La Vanguardia. Durante su dirección las instalaciones barcelonesas llegaron a
sus máximos niveles de producción. Hasta ahora Torres era el responsable del
negocio de la multinacional en Rusia.
En un comunicado citado por Efe,
el Ministerio de Industria reitera que clausurar la planta catalana será más
costoso que la inversión requerida para su continuidad, 300 millones de euros
contra 1.000 millones. Y que “la planta de Barcelona tiene carácter
estratégico, ya que abandonar la Ciudad Condal y España es abandonar la Unión
Europea, con el consiguiente coste reputacional en un mercado de más de 500
millones de personas”.
Reacción en cadena
Por su parte, la consejeera de
Empresa de la Generalitat, Àngels Chacón, ha dicho en TV3 que la Generalitat no
le pondrá fácil a Nissan irse de Barcelona y ha acusado a la japonesa de
“deslealtad” y “menosprecio” por su falta de interlocución, ya que ni siquiera
ha dado respuesta al plan que le presentaron a principios de año.
El cierre de la planta de la Zona
Franca, a la espera de conocer si también quedarán afectados los otros cuatro
centros de trabajo ubicados en Cataluña, forma parte del plan integral con el
que Nissan quiere volver a la rentabilidad, tras perder el pasado ejercicio en
torno a los 800 millones de euros. La decisión también se enmarca dentro de la
nueva hoja de ruta de la alianza con Renault y Mitsubishi, marcas con las que
se ha repartido el mercado mundial. Según ese reparto Nissan reducirá su
exposición en Europa para dejarle todo el protagonismo a Renault. Por contra,
la multinacional japonesa se centrará en Japón, China y Estados Unidos, donde
dispone de mayores cotas de penetración.
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Fuente: Elpais.com